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De la vieja casona de un molinero alemán, a un moderno hogar unifamiliar.


Fotografías: Michael Pfisterer.

Las reformas o rehabilitaciones integrales en edificios históricos o protegidos suponen un gran reto para cualquier estudio de arquitectura. Hoy, os mostramos un precioso ejemplo llevado a cabo por el estudio alemán asdfg Architekten.

Según los arquitectos, un amigo suyo compró una casa antigua y les pidió que desarrollaran un concepto para su renovación. Se convirtió en el primer proyecto de este joven estudio.

Se trataba de la vieja casona de un molinero alemán, construida en 1844 en un céntrico barrio comunista de Berlín. Al estar catalogada como patrimonio histórico, era de obligatorio cumplimiento reconstruir la fachada tal y como aparecía en un dibujo de la época de su construcción. Sin embargo, el estudio no deseaba que el exterior fuese un calco del original. Por lo que optaron por una propuesta que recreara los volúmenes de 1844.

La casa estaba en un estado muy deteriorado, y el interior estaba dividido en muchas habitaciones muy pequeñas. Con el fin de crear espacios más amplios, sólo se conservaron las paredes exteriores y un gran muro de carga en el medio de la vivienda.

La escalera, la cocina, y las galerías de habitaciones para los niños están "enchufados" (apoyados) a este muro de carga.

La escalera interior se dividió en dos partes. La primera (de sólo cinco peldaños) desemboca en la estancia principal que cuenta con una gran altura (alrededor de 7 metros) .

El segundo tramo está suspendido de una galería abierta que va de pared a pared, delimitando las zonas de trabajo y descanso de los padres, separadas por una gran puerta corredera.

Para la escalera y el interior de la cocina, se reutilizó la madera de las vigas de los antiguos techos. Las antiguas paredes de ladrillo quedaron descubiertas y son visibles desde el interior.

Los espacios interiores combinan texturas modernas e históricas. También se observan detalles prácticos, como los elementos de almacenaje bajo las escaleras de acceso a las camas de los niños.

Ladrillos, hormigón visto y cálidas superficies lisas se combinan a la perfección para transformar una antigua casona en un moderno y despejado hogar familiar.